BERLIN
No te vayas de este mundo sin ir a Berlin. Es lo que pensaba al recorrer esa increíble ciudad a cada instante. Sólo tienes que abrir los ojos, estar receptivo, las cosas suceden sólas. Creo que es imposible aburrirse allí. Me paseaba en bici con la cámara con una maravillosa incertidumbre, qué es lo próximo que vería no me importaba, qué es lo próximo que haría, ni me lo planteaba. Salía de casa y disfrutaba, hacía fotos, muchas fotos, y sobre todo observaba, me detenía en los detalles. Disfrutaba en los barrios, de hecho no me interesé mucho por la monumental Berlin sino por sus callejuelas, sus entresijos, el metro, su cerveza, sus parques, los atuendos de los viandantes, los mercados de segunda mano, los aeropuertos abandonados en mitad de la ciudad, la mezcla de idiomas, culturas, razas, sus ideas, sus grafities, su suciedad, su tranquilidad y sosiego, sus posibilidades, su belleza en crudo.
Fue todo un placer para mí y seguro que lo volverá a ser porque estoy plenamente convencido de que la volveré a ver y seguro que me sigue sorprendiendo.
Todavía estoy flipando, absolutamente increíbles, …me encanta que las historias se vayan sucediendo al ritmo de un buen pulso. Enhorabuena por el trabajo Carlos Canales Ciudad.